Y aquí estoy otra vez...
Entre la soledd y el silencio de mi habitación. En realidad no estoy sola, estás tu conmigo, el aire está impregnado de ti y en el silencio se escucha tu voz.
Y tú estás allá...
Tan lejos, tan fuera de mi alcance. Mi mente divaga a tu alrededor. Tan distante cuando quisiera tenerte cerca.
No te culpo por no estar aquí, no te culpo por no estar a mi lado, ya que sé que es algo fuera de nuestro alcance, la distancia que hay entre tú y yo no fue provocada ni por ti, ni por mí.
Te culpo por ser la persona que le ha dado nueva ilusión a mi amor. Te culpo por robarme el alma, por hacer de mi infierno un cielo, de mi frialdad haber extraído el calor que yo creía extinto, por convertir a este rebelde diablo en el más bello y dócil ángel por tornar mi desconfianza en confianza, por ser objeto de mi inspiración.
Te culpo por haber hecho de mi debilidad la fuerza, por creer en mi persona, por darme esa gota diaria de esperanza, por hacer de una depresión una ansiedad, de un mundo frío un lugar cálido, de un corazón destrozado un corazón sano.
Te culpo, también, por hacer que creyera en el amor esta persona que en él ya no creía, por hacer de mis asperezas terciopelo, por todas y cada una de las cosas que me haces experimentar.
Te culpo por ser mi amor...
Entre la soledd y el silencio de mi habitación. En realidad no estoy sola, estás tu conmigo, el aire está impregnado de ti y en el silencio se escucha tu voz.
Y tú estás allá...
Tan lejos, tan fuera de mi alcance. Mi mente divaga a tu alrededor. Tan distante cuando quisiera tenerte cerca.
No te culpo por no estar aquí, no te culpo por no estar a mi lado, ya que sé que es algo fuera de nuestro alcance, la distancia que hay entre tú y yo no fue provocada ni por ti, ni por mí.
Te culpo por ser la persona que le ha dado nueva ilusión a mi amor. Te culpo por robarme el alma, por hacer de mi infierno un cielo, de mi frialdad haber extraído el calor que yo creía extinto, por convertir a este rebelde diablo en el más bello y dócil ángel por tornar mi desconfianza en confianza, por ser objeto de mi inspiración.
Te culpo por haber hecho de mi debilidad la fuerza, por creer en mi persona, por darme esa gota diaria de esperanza, por hacer de una depresión una ansiedad, de un mundo frío un lugar cálido, de un corazón destrozado un corazón sano.
Te culpo, también, por hacer que creyera en el amor esta persona que en él ya no creía, por hacer de mis asperezas terciopelo, por todas y cada una de las cosas que me haces experimentar.
Te culpo por ser mi amor...
Grethel
9 del 2000 de mayo