Generalmente actúo más rápido de lo que pienso y por mis impulsos me meto en problemas... pero no me arrepiento de nada de lo que he hecho con el corazón, me arrepiento de las veces que lo he traicionado.
He encontrado el amor una y mil veces y lo he dejado ir. Estaba buscando al que vuela, aquel que rompiera mis esquemas y pusiera mi mundo de cabeza por sólo ser él.
No sé si yo era o no para él la que vuela, pero no me esperé a saberlo. Rompí por lo sano creyendo que sería lo más sano para mí, pero en cuánto dejó de llamar, me di cuenta de que lo amaba más que a nada en el mundo.
Sí, todos tenemos esos momentos de estupidez, esa dosis diaria en la que parece que nos empecinamos en equivocarnos y cuando viene la calma, nos damos cuenta de que ya lo hicimos.
Otro octubre lo vi partir más lejos de mí que nunca. Pero irónicamente traté de estar con él siempre. Aunque no lo sabe, mi pensamiento viaja con él a cada momento y lo acompaña a cada paso que da.
Siempre está en mi pensamiento. Y todos los días pido a las estrellas que le vaya bien. Que la sabiduría y la cordura iluminen su camino. Que el amor se instale en su vida. Que la felicidad esté presente.
Pensé que con el tiempo y la distancia podría olvidar y descubrí de mí misma que nunca olvido, que sólo archivo recuerdos en el fondo del corazón. En un rinconcito donde se avientan unos a otros tratando de salir. Sólo los más fuertes lo logran.
Con su ausencia aprendí tres valiosas lecciones de vida: que uno no debe callar lo que siente, que se debe perder el miedo a vivir porque si no acabamos viviendo con miedo; y, que nunca debemos irnos sin decir te quiero.
Me quedó claro también que uno puede enamorarse en dos días, que la soledad no siempre es elegida como tal, sino que ciertas decisiones te llevan a la soledad y que uno debe hacerse cargo de sus acciones.
Aprendí también a dejar el egoísmo de lado y comprendí que lo único que le deseo es que sea feliz, que su vida esté llena de dicha aunque yo no esté en ella. Que aunque lo extraño, no albergo resentimiento alguno.
Esta soy yo, enamorada por primera vez de esta manera. Aquí estoy, en otro marzo, sintiendo un amor tan puro y tan limpio por él, dejando de lado sentimientos negativos y deseando verlo sonreír.

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